martes, 31 de julio de 2012

Otto Dix: Metrópolis y el jazz de los años 20

Metrópolis/ Otto Dix /1928
Otto Dix /Alemania.
Gera 1891/Singen 1969
Pintor.

Metrópolis es una obra de grandes dimensiones, pintada en tres paneles con la técnica de veladuras al Óleo que usaban los grandes maestros de la pintura clásica A esta obra se la considera hoy, como un gran testimonio artístico que nos muestra la mentalidad, las contradicciones y la cara oculta de la realidad que imperaba en la República de Weimar.

Alrededor de 1920, en esa contradictoria Alemania de entreguerras, nació la Nueva Objetividad; Una corriente estética multidisciplinar ligada al expresionismo, que pretendía superar de forma radical la blandura expresiva y la subjetividad en la que habían caído los artistas expresionistas, muy acomodados e impávidos (según Dix y Grosz) ante el horrible panorama de corrupción política; de hiperinflación y de desempleo que les golpeaba y hundía en la miseria.
En el campo de la pintura, los artistas de la Nueva Objetividad trasladaron a sus cuadros la durísima realidad que veían en las calles y lo hicieron distorsionando los objetos y los personajes hasta convertirlos en caricaturas. El lenguaje era burlón; satírico; valiente; provocador y duro, características necesarias para enfatizar una critica que era  expresada con una crudeza y brutalidad jamás vista en pintura hasta ese momento histórico.
El pintor Otto Dix, insigne  representante de la Nueva Objetividad,  hizo una  insistente denuncia socio-política en su obra. En el cuadro Metrópolis, nos muestra -irónicamente- la miserable cara oculta de la supuesta época dorada del Berlín de los años veinte... 
En el panel izquierdo del cuadro, observamos una escena de prostitución callejera en la que se aprecia a un mutilado de guerra que representa la impotencia del pueblo y el antimilitarismo de Dix; y tirado por el suelo vemos a un  hombre aniquilado por el alcohol que nos muestra la degradación y las miserias humanas de esa sociedad. Al lado derecho, el pintor nos muestra el interior de un Prostíbulo, resaltando en un primer plano a una prostituta vestida de pieles que adquiere la forma de una gran vagina andante. Detrás de ella se ve a los monstruosos clientes caracterizados como cerdos, gallinas y ratas y a una serie de compañeras de la noche, todos muy emperifolladas/os para la venta y compra de sexo.
En el panel central, Otto Dix nos  enseña el lujo y la elegancia inmaculada de un Club de Jazz de Berlín (en ese tiempo el jazz estaba de moda y las clases acomodadas se divertían  mostrando sus mejores ropas bailando al ritmo del Swing). Dix pinta a una burguesía alegre; insensible y ajena a la miseria que les rodea en los 2 paneles laterales del cuadro….
©Alejo Lopomo

P.S. Cuando Hitler accede al poder en 1933; tanto el Jazz como la pintura de Otto Dix (junto a la de muchos otros colegas suyos)  fueron señalados como arte proscrito y degenerado por el nazismo.  Los nazis incautaron 260 obras del degenerado artista Otto Dix, de las cuales muchas fueron destruidas y otras se salvaron al ser vendidas al extranjero..


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